martes, 19 de mayo de 2009

EL CAZADOR


Otra leyenda supersticiosa que causa terror y esparció es la del cazador.


Esta leyenda está más acentuada en la región montáñosa, aun que el hecho tuvo lugar a la orilla del río Grande, pero trancendió la cordillera hasta que la montaña lo albergó en su seno.

Vivía en tiempos de la Colonia un hombre cuya entretención y oficio cotidiano era la "cacería". Para él no había fiestas profanas ni religiosas; no había reunión de amigos ni paseos; nada le entretenía tanto como salir a "cazar" venados al toque de la oración, en los bosquecillos aledaños; borugos a la orilla del río por entre los guaduales; los guacos, chorolas, guacharacas y chilacoas por los montes cercanos a los pantanos, ciénagas y lagunas. El producto de la cacería constituía el sustento de la familia y su único negocio.


En aquel caserío tenían una capilla donde celebraban las ceremonias más solemnes del calendario religioso. Tenía unas ventanas bajas y anchas que dejaban ver el panorama y para que el aire fuera el purificador del ambiente en las grandes festividades.


Llegó la celebración de la Semana Santa. Los fieles apretujados llenaban la capilla, oyendo con atención el sermón de "las siete palabras". Los feligreses estaban conmovidos. Reinaba el silencio ... apenas se percibían los sollozos de los pecadores arrepentidos y los golpes de pecho.


Allí estaba el cazador, en actitud reverente, uniendo sus plegarias a las del Ministro de Dios, que en elocución persuasiva y laudatoria hacía inclinar las cabezas respetuosamente.


De pronto, como tentación satánica, entró un airecillo que le hizo levantar la cabeza y mirar hacia la ventana. Por ella vio, pastando en el prado, un venado manso y hermoso. Que maravilla! Esto era como un regalo del cielo! estaba a su alcance ... apocos pasos de distancia. Rápido salió por entre la multitud en dirección a su cabaña.


Fue tanta la emoción del hallazgo que no se acordó del momento grandioso que significa para los cristianos el día de Viernes Santo. Tampoco se fijó en el momento sagrado de la pasión de Cristo. Salió con su escopeta y su perro en busca de la presa. Ya el animal había avanzado unas cuadras hacia el manantial. El cervatillo al verse acosado paró las orejas y se quedó inmóvil, como esperando la actitud del hombre. este al verlo plantado le disparó, pero en ese mismo instante el animal huyo.


Perro y amo siguieron las pistas, lo alcanzaron y, al dispararle de nuevo, se realizaba el mismo truco. El afiebrado cazador no medía ni el tiempo, ni la distancia. Seguía ... seguía ... cruzaba llanos, montañas, cañadas, colinas, despeñaderos, riscos y sierras. Llegó por fin a la montaña cuando las tinieblas de la noche dominaban la tierra.


La montaña abrió sus fauces horripilantes ..! El cazador penetró ... y nunca más volvió a salir de ella. Dicen que la montaña lo devoró

LAS BRUJAS


Las brujas son personajes conocidos universálmente.


La bruja tolimense es única, absoluta, original. .Sobre las brujas abundan "los cachos" en la ciudad, pueblos y veredas, la bruja tolimense es totalmente diferente a la europea, diferencias son notoriamente conocidas: no es la vieja flaca y desdentada, no usa sombrero ni cucurucho, ni cabalga sobre una escoba, tampoco celebra el aquelarre.

La bruja tolimenseles una mujer joven y hermosa que tlene pacto con el diablo, vuela de noche y se transforma en pava o "Píaca".


Las brujas de la región tolimense viven en un claro del bosque, sobre una loma solitaria, limpia de vegetación; generalmente es un peñon calcáreo en un limpio de la llanura denominado "El Peñón de las brujas", "El peladero de las brujas" o "El alto de las brujas"


A altas horas de la noche para recibir órdenes de su jefe Lucifer, obtener en la entrevista las noticias que su profesión Ies exige, ya sean como hechiceras o como curanderas.


Las brujas del Tolima Grande no le causan la muerte a las personas, sus maldades van implicadas con la hechicería cuando se refiere a los males de amor o a la chísmografía entre vecinos y personas conocidas.

lunes, 18 de mayo de 2009

LA LLORONA


Quienes la han visto dicen que es una mujer con la cara huesuda, cabellera revuelta y enlodada, ojos rojizos, vestidos suelos y deshilachados. Lleva entre sus brazos un bultico como de niño recién nacido, No hace mal a la gente, pero causan terror sus quejas y alaridos gritando a su hijo.

Las apariciones se verifican en lugares solitarios, desde las ocho de la noche, hasta las cinco de la mañana. Sus sitios preferidos son las quebradas, lagunas y charcos profundos, donde se oye el chapaleo y los ayes lastimeros. Se les aparece a los hombres infieles, a los perversos, a los borrachos, a los jugadores y en fin, a todo ser que ande urdiendo maldades.


Este mito es conocido en todas las regiones de Colombia y está generalizado en América, con la diferencia de que cada región tiene su leyenda propia.

LA MADREMONTE


Los campesinos y leñadores que la han visto, dicen que es una señora corpulenta, elegante, vestida de hojas frescas y musgo verde, con un sombrero alón, cubierto de hojas y plumas verdes. No se le puede apreciar el rostro porque la ramazón del sombrero la opacan.


Hay mucha gente que conoce sus gritos o bramidos en noches oscuras y de tempestad peligrosa.
En el llano limpio y habitado, con caminos frecuentados, nunca la han visto. Vive en sitios enmarañados, con árboles frondosos, alejada del ruido de la civilización, y en los bosques cálidos, con, animales dañinos.


Los campesinos cuentan que cuando la Madremonte se baña en las cabeceras de los ríos, éstos se enturbian, crecen, se desbordan, causan inundaciones, borrascas fuertes, que ocasionan daños espantosos.Castiga a los que invaden sus terrenos y pelean por linderos; a los perjuros, a los perversos, a los esposos infieles y a los vagabundos. Maldice con plagas y pústulas los ganados de los propietarios que usurpan terrenos ajenos o cortan los alambrados de los colindantes.


A los que andan en malos pasos, de pronto les hace ver una montaña inasequible e impenetrable, o una maraña de juncos o de arbustos difíciles de dar paso, borrándoles el camino y sintiendo un mareo del que no se despiertan sino después de unas horas, convenciéndose de no haber sido más que una alucinación, una vez que el camino que han trasegado ha sido el mismo.


Quienes la conocen, han oído sus rugidos o están convencidos de sus conjuros, siempre que van a emprender la ruta por lugares miedosos o cuajados de fronda, llevan escapularios o medallas benditas, bastón de guayacán o varas de cordoncillo; deben ir fumando, tabaco y llevar en el bolsillo unas pepas de cabalonga.

LA PATASOLA


Habita entre la maraña espesa de la selva virgen, en las cumbres de la cordillera, en los bosques solitarios o en los montes más espesos de la llanura. Con la única pata que tiene avanza con rapidez asombrosa. Es el endriago más temido por colonos, mineros, cazadores, caminantes, agricultores y leñadores.


Algunos aventureros dicen que es una mujer bellísima que los llama y los atrae para enamorarlos, pero avanza hacia la oscuridad del bosque a donde los va conduciendo con sus miradas lascivas, hasta transformarse en una mujer horrible con ojos de fuego, boca proporcionada de donde asoman unos dientes de felino, y una cabellera corta, despeinada que cae sobre el rostro para ocultar su fealdad.


Cuentan los cazadores, que lo que más temen ellos, es el poder que tiene de metamorfosearse y por lo tanto los daños que les causa el engaño que les hace con la pezuña, porque a veces deja el rastro de vaca y otras de oso.Persigue a los caminantes y cazadores que penetren a sus predios, a los mineros que tengan muchas herramientas, porque odia el hacha, la peinilla o el machete. Castiga a los agricultores mandándoles ¬vendavales para destrozar sus plantíos, y más si son de maíz.

EL MOHAN O POIRA


Este es el más importante entre los mitos del Tolima Grande. En algunas regiones le dicen Poira; para algunos es una divinidad acuática, para otros es un espíritu maléfico que causa muchos daños imperdonables.Dicen, que es un personaje monstruoso, cubierto de pelaje abundante, que más parece que estuviera envuelto en una larga cabellera; tiene manos grandes, con uñas largas y afiladas como las de una fiera.


La diversidad de leyendas que se cuentan sobre las hazañas o artificios como actúa, constituyen una riqueza folclórica para esta tierra tolimense.Los pescadores lo califican de travieso, andariego, aventurero, brujo y libertino. Se quejan de hacerles zozobrar sus embarcaciones, de raptarles los mejores bogas, de robarles las carnadas y los anzuelos; dicen que les enreda las redes da pescar; les ahuyenta los peces, castiga a los hombres que no oyen misa y trabajan en día de precepto, llevándoselos a las insondables cavernas que posee en el fondo de los grandes ríos.


Las lavanderas le dicen monstruo, enamorado, perseguidor de muchachas, músico, hipnotizador, embaucador y feroz. Cuentan y no acaban las hazañas más irreales y fabulosas.Sobre su aspecto físico, varían las opiniones según el lugar donde habita. En la región del sur del Magdalena, comprendida entre los ríos Patá y Saldaña, con quebradas, moyas y lagunas de Natagaima, Prado y Coyaima, hasta la confluencia de Hilarco, como límite con Purificación, los ribereños le tienen un pánico atroz por¬que se les presenta como una fiera negra, de ojos centelleantes, traicionero y receloso. Siempre que lo veían, su fantasmal aparición era indicio de males mayores como inundaciones, terremotos, pestes, etc.


Poseía un palacio subterráneo, tapizado todo de oro, donde acumulaba muchas piedras preciosas y abundantes tesoros; hacía las veces de centinela, por eso no le quedaba tiempo para enamorar.